El sábado 15 de marzo celebramos el primero de nuestros Conciertos en Cuaresma de la temporada 2024. Junto a las corales Santa Maria de la Victoria y Alminares de Nerja interpretamos el Stabat Mater de Rossini en la Iglesia de El Salvador de Nerja.

Programa
Stabat Mater
Gioachino Rossini (1792 – 1868)
- Introducción para coro y solista «Stabat Mater dolorosa»
- Aria para tenor «Cujus animam gementem»
- Dueto para soprano y contralto «Quis est homo»
- Aria para bajo «Pro peccatis suae gentis»
- Recitativo para bajo y coro «Eja, Mater, fons amoris»
- Cuarteto para solistas «Sancta Mater, istud agas»
- Cavatina para Contralto «Fac, ut portem Christi mortem»
- Aria para soprano y coro «Inflammatus et accensus»
- Coro «Quando corpus morietur»
- Final para coro «Amen, in sempiterna saecula» de estilo fugado
Coral Santa María de la Victoria
Coral Alminares de Nerja
José Eugenio Vicente Téllez | director del coro
María del Carmen Vicente Téllez | soprano
Estela Araceli Vicente Díaz | alto
Daniel Romero de la Rocha | tenor
Francisco Javier Moreno Ramos | bajo
Notas al programa
El Stabat Mater de Gioachino Rossini es una de las composiciones más poderosas y emocionantes dentro del repertorio sacro del compositor italiano. Aunque Rossini es más conocido por sus óperas, esta obra, escrita en 1831, revela un lado más introspectivo y espiritual del maestro de la ópera. Compuesta cuando Rossini ya se había retirado en gran parte de la composición operística, el Stabat Mater demuestra su madurez como compositor y su habilidad para abordar la música sacra con una profunda emotividad y maestría orquestal.
El Stabat Mater está basado en el himno latino medieval Stabat Mater dolorosa, que describe el sufrimiento de la Virgen María mientras observa la crucifixión de su hijo, Jesucristo. El texto evoca la tristeza, el dolor y la compasión de María, y Rossini logra transmitir esas emociones con una mezcla única de melancolía y esperanza a lo largo de la obra.
A lo largo de los diez movimientos que componen el Stabat Mater, Rossini despliega una riqueza de matices emocionales y musicales. En muchos momentos, la obra alterna entre pasajes profundamente solemnes y reflexivos, y otros más luminosos y operísticos, un estilo que es característico de su obra operática. La pieza comienza con una introducción coral de gran belleza, seguida por un arioso y emotivo Cuius animam que demuestra la habilidad del compositor para combinar la vocalidad operística con la solemnidad del texto litúrgico.
Uno de los aspectos más destacados del Stabat Mater es la orquestación. Rossini emplea una rica paleta orquestal, utilizando la orquesta no solo como acompañante, sino también como un medio para intensificar el drama de la obra. Las intervenciones instrumentales son potentes, con una densidad emocional que complementa perfectamente el dolor y la tristeza expresados en el texto.
Los coros, tanto en el inicio como en los finales de varios movimientos, se utilizan para crear una sensación de grandeza y profundidad espiritual. Sin embargo, en los pasajes solistas, Rossini muestra su habilidad para capturar la belleza de la melodía, con movimientos que permiten a las voces solistas brillar en su máximo esplendor. Entre los momentos más destacados se encuentran el Quis est homo y el Inflammatus et accensus, donde la intensidad dramática se combina con una gran belleza melódica.
El Stabat Mater de Rossini también es una obra de contrastes. Aunque el tema es profundamente religioso y doloroso, el compositor logra momentos de gran ligereza y esperanza, ofreciendo una visión compleja de la experiencia humana ante el sufrimiento. Los finales de algunos movimientos presentan tonalidades más claras y abiertas, sugiriendo una redención posible a través del sufrimiento.
Esta obra sacra, que algunos han considerado un híbrido entre la música de iglesia y la música operística, es una obra maestra que muestra la capacidad de Rossini para crear música profundamente emocional, capaz de conectar con el oyente en un nivel humano y espiritual. A través de sus innovaciones orquestales, su manejo de las voces y su poder para generar contrastes dramáticos, el Stabat Mater se ha convertido en una de las composiciones más conmovedoras y admiradas del repertorio clásico.